Por Marco Antonio Meza-Flores
Teólogo y Psicólogo Clínico
Viernes 25 de noviembre, el reloj marcaría las diez de la noche con veintinueve minutos… hora Cuba. En la red de internet comienza a salir una noticia que, aunque no lo quieran, detuvo a América, “Muere Fidel Castro”, al principio pienso que es una broma, pero voy reconociendo las páginas serias de noticias y sí, efectivamente, fallece uno de los revolucionarios más brillantes que ha tenido América. El comandante Fidel Castro. A la edad de 90 años nos deja con un mundo lleno de prejuicios y sinsabores, pero también de amor puro y mucha belleza. Fidel, que en 1953 derrocó junto con su compañero de armas el Che Guevara y sus guerrilleros al dictador Fulgencio Batista y al imperio de Estados Unidos, se marcha a otro lugar.
Fidel, o el “Comandante Fidel”, como se le conocía, fue, es y será, una figura que por mucho dejará huella en la historia universal y en la historia de América; uno de los pocos que hasta el final de sus días peleaba contra el imperio yanqui, con sus terrorismos y sus ideas cerradas de “no dialogar con Cuba”; de “no abrir el mercado a Cuba; o aquella de “quien no es conmigo es en mi contra” entre muchas más, y que hasta la fecha jamás se dobló ante ellos, a pesar de todas las maldades que éstos le hicieran al pueblo cubano y a su persona.
En 1973 ante la pregunta del periodista inglés Brian Davis ¿Cuándo cree usted que se podrán restablecer las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, dos países tan lejanos a pesar de la cercanía geográfica? El Comandante contestó: —“Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros cuando tenga un presidente negro y haya en el mundo un Papa latinoamericano”. Y como sabemos, la profecía se cumplió.
Cuba según la Unicef es “el único país latinoamericano sin desnutrición infantil”; de la misma forma la ONU lo ve como “el único país sin problemas de drogas”; según el periódico británico The Guardian “Cuba posee dos veces más médicos que Inglaterra para una población menor” y para dolor de muchos Amnistía Internacional dice: “Cuba es el país latinoamericano que menos viola los derechos humanos”. Lo interesante es que a pesar de ser “tercer mundo”, hace cosas que muchos del “primer mundo” quisieran hacer.
Sin lugar a dudas se va el último revolucionario, un Comandante que como su amigo el Che pensará “prefiero morir de pie, que vivir mi vida de rodillas”, palabras de otro revolucionario de América, pero éste, mexicano, Emiliano Zapata dijera alguna vez.
Otro tiempo de reflexión para el pueblo, un momento de silencio y meditación, ya es tiempo de despertar y hacer un mundo donde todas y todos quepamos.
Se va Fidel, un revolucionario que, si bien es un tirano para muchos, para otros es la versión de aquel que, teniendo las agallas bien puestas, se opuso ante el gigante de USA.
Termino con la frase del Antropólogo y Teólogo Raúl Méndez Yáñez “Por enseñarnos que las revoluciones no se hacen con likes… Gracias Comandante”.
¡Hasta la victoria siempre!