Columna Camina Conmigo

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¿Navidad?
Marco Antonio Meza Flores
Teólogo y Psicoterapeuta
En diciembre celebramos “navidad”, en realidad pocos se sientan a buscar ¿qué es navidad? Muchos creen que celebramos el nacimiento de Jesús, el Cristo de los cristianos (valga la redundancia), pero pocos saben el significado de ese nacimiento en el ámbito cristiano (todos los que profesan al Cristo), es verdad, el grueso de los cristianos no saben nada del nacimiento de Cristo, sólo lo que les dicen dentro de las iglesias, y que, muchas de las veces es errado, es más la iglesia ortodoxa rusa lo celebra el 7 de enero, pues no adoptó el calendario gregoriano como lo hicimos los de América y Europa.
Sin embargo, Jesús no nació en diciembre eso es tan mentiroso como decir que el gobierno tiene bien dominado el narcotráfico en el país. Algunos creen que nació entre abril y mayo; mientras que otros dicen que, entre julio y agosto, aquí lo que no se entiende es que no importa si nació el día del niño, el día de la madre, el 25 de diciembre o el 7 de enero, lo que importa (al menos para los cristianos es lo que debería importar) es que nació.
No entiendo cómo los cristoferianos (como les digo de cariño porque creen en Cristo y el Lucifer) no pueden entender que “El verbo se hizo carne… y habitó entre nosotros (al menos en la tradición cristiana dice eso en el libro de San Juan capítulo uno)”, y todavía sigan creyendo que la Biblia es la palabra de Dios y no un simple libro, que no entienden que la palabra de Dios es el Cristo, o se los explicamos con palitos.
Sin embargo, y, lo triste, al menos para mí, es que muchos siguen pensando en matar a su Cristo en Semana Santa, o ven la festividad como regalos y no como comenzar el año (que es una semana después) con armonía, con amor al otro, al que no me cae bien, porque precisamente eso haría el Cristo, amar al que piensa diferente, hace diferente, siente diferente, al diferente pues, es más, no veía como mérito amar a los que te aman, sino a los que te odian.
Y que se lea bien, amar al otro es aceptarlo, pero no quiere decir que lo tengo que invitar a tomar un café, sino aceptarlo simplemente porque es un ser vivo, y eso no sólo me trae paz interna, sino que la damos en cada paso que hacemos.
Navidad es más que regalos y santa Clos, más que el pavo y los abrazos (muchas veces hipócritas); navidad es comenzar a ser mejores seres humanos, aprender del otro, porque aún del más tonto aprendemos cómo no queremos ser. Dice un canto cristiano “Jesús nació, la navidad llegó, invítalo a posar en ti, invítalo a llenar tu corazón”, y no quiero que se confundan, no les estoy diciendo que se hagan cristianos ¡CLARO QUE NO, Dios me libre! Les estoy invitando a que imitemos a ese ser histórico y mitológico que según nos cuentan llegó un día a enseñarnos como perdonar a través del amor, cómo iluminar nuestra vida y ser mejores, cómo cambiar nuestro estilo de vida cuando es egoísta, ruin, pinche y otras cosas.
Navidad es tiempo de compartir, pero que no sea sólo en diciembre, sino en enero, marzo y abril que se extienda hasta octubre y noviembre y comencemos otra vez en diciembre, porque es genial ser tú; pero es más genial ser tú, y dejar a los otros ser ellos mismos, sin dejar de señalar las injusticias y las estupideces, porque luego se hacen costumbres.
Por lo demás, camina conmigo y te aseguro que viviremos navidad, todos los días.