Columna Camina Conmigo

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Piojos resucitados

Marco Antonio Meza-Flores

Teólogo y Psicoterapeuta

Hace poco estuve charlando con un grupo de Psicólogos de Clínicos de América Latina, y gracias a una pregunta comenzamos a dar nuestras reacciones de las situaciones que se viven en algunas partes sobre todo de nuestro México amado. Yo mencionaba que me era triste saber que hice mi maestría en Estados Unidos, y, que hasta ahora, era un pleito revalidarla en mi país, y qué en el lugar en donde vivo las carreras muchas veces se regalan al ton y son, no sólo la de psicología, sino TODAS las carreras, que a veces vez la gente que no conoce ni las bases de algo, pero ya tienen el título y la cédula de “ese algo”; en mi charla decía que muchas personas van a un cursito de tres centavos y ya creen que son psicólogos, tanatólogos, o coaching de vida, y que, en realidad, hacen un desmán en la vida del cliente o paciente.

Una colega de Chihuahua fue la que dijo: “¡Exacto! Y yo me la paso defendiendo nuestra profesión, bastante nos fregamos estudiando para que vengan piojos resucitados a ejercer lo que no han trabajado”.

Para mí fue de mucha risa leer eso de “piojos resucitados”. Ella, nos enseñó que le llaman así a aquellos que se cuelgan de nuestra carrera o profesión sin tener las bases de la misma y me pareció algo interesante y digno de escribir.

México se descasta por ser un país lleno de ganas, sin embargo, también se destaca por no ser disciplinados. Según el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) declara en el 2018 que el cincuenta y cinco por ciento de la población mayor de 18 años no han leído ningún libro en el último año; el mismo Instituto precisa que la población lectora decreció de 84.2 por ciento en febrero de 2015 a 76.4 por ciento del presente año. Esto es triste, sobre todo a unos cuantos días de escoger nuevo Presidente, pues ¿qué nos depara el futuro con gente que no sabe qué está pasando cerca del país? Para muchos podría ser “una tontería”, pero para otros es algo que en realidad nos pone “los pelos de punta”, pues a estas alturas no podemos confiar en aquellos que dicen saber cuándo no saben ni la O por lo redondo.

Ya hoy día preguntar por una cédula o título es obsoleto, porque muchos las compran en “su tienda favorita (?)”, pero pocos son los que saben de la ciencia que ostentan presumir. Yo les comentaba a mis colegas que me tocó en cierta radio de la ciudad estar con una “Doctora en Gestalt”, pero cuando llegó la hora de los comerciales, y después de escucharla hablar tantas barbaridades, le pregunté sobre fenomenología, existencialismo y filosofía oriental o zen (bases de la Gestalt), y ella no sabía ni qué era fenomenología. Lo que no mencione a mis colegas es que dije en la radio que ella era una farsante, que no era más que una persona que había pagado para tener un título que no entendía, pues las bases de la Gestalt (en este caso) no las conocía, y me molesté demasiado.

Algunos que me conocen en persona saben que soy muy congruente, y sobre todo que llego a ser muy directo (imprudente dirían los cobardes), no es posible que sigamos permitiendo que “piojos resucitados”, que tomaron o compraron un papel sigan haciendo de las suyas, es hora de poner altos y poner filtros, es hora de leer, y aprender a tener comprensión lectora, nos toca a todos, así que te animo a matar los piojos y tener un pelo limpio.

Por lo demás camina conmigo, será refrescante y te aseguro, que no te dará comezón en la cabeza, ni por pasca y muchos menos, por piojos.