Por Marco Antonio Meza-Flores
Teólogo y Psicoterapeuta
Levantarse, caer, y volver a poner en pie. La vida está llena de vicisitudes, de altas y bajas, de aristas y vértices, recovecos que a veces no se llenan con una simple sonrisa, un ¡hola! ¿cómo te va? A veces tiene impresiones que, en lugar de hacernos crecer, nos hacen menguar, sin embargo, la vida es fantástica, no importa que los colores se tornen grises o negros.
A poco no les pasa que no sabemos ni de dónde venimos, dónde estamos, mucho menos hacia dónde vamos, pero intentamos una y otra vez seguir caminando en aquel sendero que está tan oscuro que pareciera interminable.
Con el ruido de las cosas, el exceso de trabajo, los pleitos en casa, en la escuela, con los seres amados, el mundo se torna gris, añádele a esto, la delincuencia, la falta de trabajo, el exceso de violencia y otras circunstancias de la vida que son tan pero tan aplastantes que uno quisiera mejor no vivirlas.
Sin embargo, hay una cosa que es segura; el ser humano tiende a caminar y crecer a pesar de las vicisitudes, cree en él, y por ende crea con él, porque estamos hechos de polvo divino, y tenemos capacidades que están más allá de aquello que imaginamos, porque la racionalidad, el sentimiento y la emoción se pueden vincular dentro y fuera de nosotros y nos convertimos en creadores de historia, en constructores de vida y sobre todo en seres humanos.
Sé, que parece fácil; o se lee fácil, pero lo único que debemos hacer es creer en lo que hacemos, amar lo que con nuestras manos construimos y aportar más y mejor vida en todo aquello que hacemos.
Reynosa es una ciudad llena de esperanza, a pesar de todo lo que sucede, a pesar de los balazos y las tomas de la ciudad, somos más lo que con nuestro esfuerzo construimos día a día una vida mejor, una vida vivible (valga la redundancia), una forma de energizarnos, que está más allá de aquellas visiones cerradas y moralistas, llenas de prejuicios y faltas de juicios con valor, además, aunado a esto, estamos construyendo, parece que no, parece que el gobierno calla, que las autoridades mudas de miedo se esconden detrás del “pan y circo”, pero la ciudadanía está creando formas mejores de vivir; de vivir en comunidad, de aportar nuevas riquezas, de ser y estar.
Levantarnos, caernos, y volvernos a poner de pie, porque de eso se trata, de hacer, y hacer, hasta que salga de la mejor manera, es decir “caer con estilo”. Samuel Beckett, escritor irlandés escribe: “Siempre lo intentaste, siempre fallaste. No importa. Inténtalo otra vez. Falla de nuevo. Falla mejor”, y es en realidad una realidad (valga otra vez la redundancia), intentarlo y sobre todo hacerlo, porque como dice Lao Tze “no lo intentes, hazlo”, logramos más haciendo que simplemente intentando hacer. Anda, recorre; anda, construye, anda, haz.
Mientras pasa esto, camina conmigo, será un viaje genial.