Efecto fidget Spinner: Un simple juguete
Marco Antonio Meza-Flores
Teólogo y Psicoteraeputa
La fiebre de moda actual son los famosos “fidget spinner” que no son más que un simple balero con tres hélices y guau “fantástico”, un juguete más para muchos, sin embargo, algunos otros, no sé si tontos o muy inteligentes (por aquello del marketing), dicen que sirve para la ansiedad y el estrés, y unos más osados para el Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y el autismo, sin embargo, no hay evidencia científica de esto, pero sí muchísima gente adulta repitiendo como loritos esta idea. Lo que sí hay, son muchos profesores diciendo que, en lugar de ayudar a la concentración, son distractores en potencia.
El juguete lleva ya más de 20 años creado, lo inventó en 1993 Catherine Hettinger para que su hija jugará, ya que ella estaba enferma, con el tiempo lo intentó vender a jugueterías, sin éxito hasta que perdió la patente y hoy no recibe ni un centavo de los miles o millones de spinner vendidos en el mundo.
Lo que sí se sabe es que el efecto de moda y el marketing hacen de este simple juguete una necesidad para muchos, cosa más aberrante y tonta, hacer de un juguete una necesidad.
Y parece que, si no tiene beneficio en la salud, o no tiene fines educativos no sirve, y por tanto hay que inventarlos para que se pueda vender sin problema alguno, ¡cosa absurda! Pues la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) nada tiene que ver con los juguetes, y la Secretaria de Educación Pública (S.E.P.) Apenas si sabe distinguir entre la A de la B, pero bueno ¡los spinner tienen efectos educativos y curativos! ¡Cómpralo! ¡Bah! (?)
Hace ya casi 20 años se puso de moda la famosa pulsera “power balance” según la publicidad que se le daba “curaba la coordinación, la flexibilidad, la concentración y daba armonía y equilibrio interno”; sin embargo, tuvo que pagar multas por “engañar al público”, en España y en Estados Unidos.
Mark Rapport psicólogo clínico de la Universidad Central de Florida, uno de los autores del estudio publicado en la revista Journal of Abnormal Child Psychhology en 2015 y que ha estudiado por años los beneficios del movimiento en la atención en personas con TDAH afirma: “Un spinner tiene más probabilidades de distraer que de beneficiar a los individuos con TDAH”. También Julie Schweitzer del Instituto de Investigación MIND de la Universidad de California, que ha estudiado por 25 años a niños con TDAH tampoco respalda el spinner. (Sólo menciona en el estudio —ya mencionado arriba— que en algunos casos con TDAH funcionó, pero en ninguno con un niño normal).
La sociedad española de Psiquiatría y Salud Mental niega los supuestos beneficios terapéuticos del Fidget Spinner y la trata como “Publicidad engañosa”.
Tristemente he escuchado en más de un psicólogo y “psicoterapeutas” de escuela, de esos que presumen títulos y cédulas que el spinner ayuda al estrés, ansiedad, TDAH y los más osados (o idiotas) hasta el autismo, sin una sola base científica, sólo su mera palabra y su disque título, y cualquiera que sepa un poco de psicología clínica sabe que Rapport y Schweitzer no son cualquier hijo de vecino en el área de investigación en niños con TDAH.
Hace falta mucha lectura, pero sobre todo mucha humanidad, para dejar de engañar a la gente con información como esta. El Spinner es una atracción nueva, no sirve para nada en la salud, (o al menos hasta ahora no se ha comprobado), sólo es un mero juguete (en casos muy aislados de TDAH herramienta de aprendizaje), engañar a la gente con “usos mágicos”, puede ser peligroso, si quieres una cura ve a terapia, con un buen psicoterapeuta, no un psicólogo, si quieres sanar deja de jugarle al súper man y anda a consultar a un especialista.
Ahora que, si compras el spinner simplemente por diversión, cómpralo, a lo mejor terminas más estresado y distraído. Mientras tanto camina conmigo, será un viaje placentero.