Vista de ciegos
Por Marco Antonio Meza-Flores
Teólogo y Psicoterapeuta
Parece ser que no aprendemos de buenos moldes, que necesitamos ver a “los malos” recuperados para decir ¡oh, ve el milagro! Pero en realidad eso no es un milagro, creo que tenemos una visión errada de qué es interesante y qué no.
Desde los años 60’s y hasta los 90´s funcionaban las terapias de choque, esas en donde te presentaban casos extremadamente crudos para que no hicieras eso y no cayeras en desgracia, podíamos ver videos de jóvenes matándose por andar en estado de ebriedad o drogados y eso hacía que los muchachos tuvieran miedo y por lo menos los siguientes fines de semana no tomaran o se drogaran, funcionaban las terapias de choque, hasta un año si bien nos iba. Pero los chavos crecieron, y ahora que son adultos quieren hacer esto (las terapias de choque), y las nuevas juventudes no se impactan con eso. Pero lo que sí impacta, es el crimen organizado, las mafias, los delincuentes, los malos, ellos son ahora “los ejemplos a seguir” de muchos de los jóvenes, basta con levantar una encuesta en secundarias y preparatorias y nos sorprenderemos. Además, las televisoras ayudan mucho con esto, aportando novelas o “series” basura que ¡ah, son nuestra realidad! Pero mi pregunta es ¿la realidad de quién?
El viernes tuvimos por estos lugares al hijo de Pablo Escobar, con una conferencia que no dudo tenga la idea de prevenir a las juventudes sobre lo que existe detrás de la delincuencia organizada, se aplaudía el acarreamiento de los jóvenes y hasta se llegó a decir que rompió record de asistencia en sus presentaciones que el DIF Tamaulipas y el Gobernador del Estado impulsaron.
Y posiblemente me vea muy áspero, malvado y hasta mamón en mi postura, repito, no dudo que haya sido con la mejor intención del planeta traer al hijo de Pablo Escobar (que sigue ganando dinero con el nombre de su padre, pero ahora de manera “honesta”, sin embargo, habría que ver cuánto nos salió el chistesito de traerlo, o si fue sólo los viáticos lo que cobro y algo simbólico por sus conferencias).
Pero ¿por qué no mejor traer a Sergio Fajardo? ¡Sí!, Ese maestro de Medellin Colombia que en tres años cambió al pueblo, que le enseñó a la ciudad que un pueblo educado, es un pueblo que crece; que jamás estuvo en la delincuencia, que vivió la delincuencia desde afuera, que daba clases en un aula, pero veía como su ciudad se convertía en la ciudad más peligrosa del mundo, que se quejaba y quejaba y que un día cansado de la queja decide enseñar cómo se pueden hacer las cosas y las hace, ¡ah, es que esa historia no es tan impactante! ¡Era un simple maestro de escuela!
No sé, a veces creo que veo el mundo de manera extraña, todavía veo a la gente con su mirada limpia, tierna, llena de esperanza, de sueños, con ganas de trabajar. ¡sí, sí! A veces la veo cansada, pasiva, dormida… muy dormida, pero sé que despertamos, sé que el sol está a la vuelta de la esquina, sé que el camino es genial, sólo hay que aprender a caminarlo.
Seguimos teniendo una vista de ciegos, así, negra, sin ver un poco de luz, ojalá que acabe pronto la ceguera y podamos analizar que existen otros caminos. Mientras pasa, Camina conmigo, será una gran aventura.