Columna Camina Conmigo

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Ni uno más

Por Marco Antonio Meza-Flores

Teólogo y Psicoterapeuta

La semana pasada cometí un error al citar a Bertron Breach como autor del poema “Primero se llevaron” y en realidad fue el pastor luterano Martin Niemöller de la Alemania de 1946, cuando en uno de los sermones en semana santa lo dijo, cito:

Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a buscar a los judíos, no protesté, porque yo no era judío. Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.

Y el texto de hoy queda como “anillo al dedo”, pues hablaré de esa cultura del silencio que nos mantiene en nuestras casas, oficinas, trabajos y vida muerta, ante las injusticas que vivimos día a día en nuestra ciudad; y de la muerte de un joven al que no tuve la oportunidad de conocer, pero conozco a muchos que sí, y hablan muy bien de él: Argenis Quilantan; y qué, gracias a nuestro silencio él ya no estará con nosotros. Con sus apenas 21 años una bala lo hirió y después de pelear contra la muerte, él falleció.

Algunos dirán, ¡pero no es mi culpa! ¡Yo no disparé! Y los más idiotas ¡yo no le dije que estuviera en una balacera! Pero ese no es el caso. Nosotros callamos cuando sucede esto, porque gritamos sólo en la almohada, gritamos cuando nos pega a nosotros, cuando somos nosotros a los que lastiman, pero esto debería de lastimarnos, de llenarnos de coraje e indignación, un joven muere y nosotros seguimos en silencio, como si nada hubiera pasado, porque ¡no era nada mío! Porque ¡no es el primero! ¡¿Y eso qué?! Debe ser el último. Debe despertar al pueblo en general porque el ejército sigue haciendo de las suyas lastimando a la ciudadanía y el crimen “organizado” está hecho un desmadre, de organizado no tiene nada, porque no saben ni guardar su aspecto, ahora son simples pandilleros con armas, antes eran realmente C.O. y no lo aplaudo, sólo digo que ahora sólo son pandilleros malcriados.

Argenis muere, sí, por una bala; sí, por el C.O. y la disque estrategia del gobierno de atacarlo, (idiotas que son, siempre que haya algo ilegal, habrá quien lo venda, lo dice la historia universal); pero también por nuestro silencio, por nuestra dejadez, por no exigir a los que dizque gobiernan resultados, por alimentar la corrupción, los trabajadores aviadores y la injusticia.

Si Maki no puede con el paquete, y aparte sólo está preocupada por robarse un poco de dinero de las arcas de Reynosa, entonces démosle las gracias y que se dedique a vender pepitas o a ver qué sabe hacer, pero gobernar ya vimos que no puede; ahora si el problema es federal, que Cabeza de Vaca se vaya también, pero no creo que sea federal, creo que es de todos y todas, también nos toca a nosotros actuar, dejar de cerrar la boca y comenzar a pelear contra esto, ¡qué habrá amenazas, claro que las habrá! ¡Qué habrá silencio de muchos, júralo! Pero te aseguro algo, si seguimos así, cuando nos pase a nosotros, no habrá quien proteste.