En los pequeños detalles
Por Marco Antonio Meza-Flores
Teólogo y Psicoterapeuta
Hace unos días atrás me encontré con un amigo de mi juventud, es de esos amigos que a pesar de los años nunca dejan de aportar en tu vida.
Él, vivió en Japón, le comentaba cómo me gusta la filosofía oriental y sobre todo la disciplina que tienen, cómo ellos piensan que “la disciplina siempre le va a ganar a la inteligencia” y como tienen razón de eso.
Sin embargo, algo me sorprendió de lo que me dijo: “Creo que más que la disciplina son los pequeños detalles los que hacen que ellos se vuelvan un pueblo (o raza) tan próspera”.
Si lo tiras, recógelo; si lo ensucias, límpialo; si haces algo, debes dejar igual o mejor de como lo encontraste. Parece increíble, pero ésta también es una premisa Scout “Dejar el lugar mejor de como se encontró”. En occidente también tenemos este tipo de premisas ¿por qué entonces no las entendemos? ¿Acaso estamos tan ocupados en nuestros munditos que no nos damos cuenta que el mundo es de todos y todos tenemos que poner nuestro granito de arena?
Llegué a la ciudad y lo primero que vi saliendo del aeropuerto fue a un niño tirando las sobras de un mango y un bote de plástico con agua por la ventana de su automóvil, lo levanté, no sin antes decirle “no seas sucio”, pensé que su padre (que estaba en el automóvil) me diría algo, pero no, optó por hacerse el sordo y no decirle nada al niño sucio que tenía por hijo. El niño me miró sólo unos segundos y acto seguido bajo la mirada como si hubiese sido castigado por alguien con poder, y posiblemente era mi mirada llena de furia la que hizo que no me respondiera, o su inconsciente que le reprendió después de verme tirar su basura.
¿Qué nos pasa? ¿Por qué no cuidarnos entre nosotros? Nos la pasamos quejándonos del mal gobierno, de EPN, de lo mal que Maki hace su trabajo, de aquello que los diputados no defienden a pesar de ser los intereses del pueblo; lo horrible de lo que el cabildo hace a lo que llaman ellos trabajo, pero ¿y nosotros cuándo? ¿Cuándo haremos lo poco que nos toca? ¿Cuándo dejaremos de tirar basura en las calles; pagar el moche al tránsito; robarle al vecino su bote de basura; etcétera?
Son pequeños los detalles que podemos cambiar, no necesitamos cambiar una ciudad para comenzar a hacerlo, tan sólo hazlo en casa. Si lo tiras, recógelo; si lo ensucias, lávalo; Si hace falta, ponlo; cosas simples en aquellos pequeños detalles que nos hacen ser mejores cada día, mejores ciudadanos, mejores vecinos, mejores personas y sobre todo mejores como humanidad.
Reflexionemos, si cada uno hace lo que le corresponde, sin chistar ni quejarse, pues “es lo que me corresponde hacer”; y si aunamos a esto la disciplina de hacerlo todos los días, puedo asegurar que en un par de décadas nuestros niños podrán vivir mejor y educar mejor, no sé, intentémoslo. Camina conmigo, será un viaje estupendo.