¡Basta de mojigatos!
Por Marco Antonio Meza-Flores
Teólogo y Psicoterapeuta
Pues que les cuento mis amados lectores y lectoras, como cada fin de semana nos fuimos al cine con la familia, esta vez vimos la película “La bella y la bestia”, pero la versión Disney,
Para los que no saben el cuento francés parece ser de Gabrielle-Suzanne Barbot allá por 1740, aunque otros se lo adjudican a Gianfrancesco Villeneuve de 1550, sin embargo, y lo que no queda duda, es que el cuento viene de Apuleyo (siglo II d.C.), y la obra se llamaba “El asno de oro”, también conocido como “La metamorfosis”, pero como saben, Disney siempre hace de las suyas y crea sus versiones que, bien o mal, son las que el pueblo conoce debido a la falta de lectura.
Pero bueno, ese no es el tema, sino que fuimos a ver la película, un musical bueno, a decir verdad, vale la pena verlo, pero algo que me llama la atención es que en la nueva versión de Disney hay dos cosas que la sociedad mojigata llora.
- Se habla abiertamente que Le Fou el “secuas” de Gastón (el galán macho alfa y salvador de la buena e inteligente bella [versión Disney dejo claro]) no sólo admira a su compañero, sino que siente emociones (o pasiones) por él.
- Casi al final de la película, mientras lucha el pueblo y los muebles de la casa, hay un momento en que el armario (que más bien sería la armario) llamada Madame Garderobe se enfrenta a tres de los mosqueteros de la taberna y viste de mujeres y les dice algo impresionante “sean libres” y automáticamente ellos dejan la pelea y salen corriendo y uno de ellos le sonríe y le da la espalda bajando las escaleras de manera femenina.
Y entonces rodaron las criticonerías, algunas iglesias lloraron, o se quejaron, parece ser que la iglesia está más metida en las cosas que no debería, que en las que sí, y algunos podrán decir “éste qué”, éste (o sea yo), soy ministro y como dice el dicho mexicano “el buen juez, por su casa empieza”, algunas iglesias levantaron la voz y hasta se dan estadísticas que el 95% de los cristianos no la verán por estas escenas.
Entonces vino a mi mente la visión del Jesús que habla la Biblia, tolerante, amoroso, buena persona pues, un tipo que no andaba rechazando a “los diferentes”, al contrario, juzgaba a los buenos de su época, a los sacerdotes, a los ilustrados que estaban en la sinagoga juzgando a los demás “malos y pecadores”, yo creo que ese Jesús sí iría a ver la película, porque entendería que es “Entretenimiento” cosa que la sociedad se le olvida.
Y hablo de la sociedad en general, no de las minorías, porque nos asustamos cuando se habla de este tipo de asuntos y hasta los satanizamos, nos da miedo observar la realidad que bien o mal tenemos y señalamos a los que son diferentes, simplemente por eso, por ser diferentes.
Creo que debemos analizar las situaciones, no sea que nos convirtamos en ese macho alfa intolerante, mentiroso y embustero, porque es verdad, somos como la bestia, metidos en un cuerpo y una vida llena de penurias, sin embargo, dentro de nosotros está un corazón que arde por ser mejores, por aprender de los demás, por caminar con los demás, ¡no sé! Creo que nos hace falta dejar de ser tan mojigatos y comenzar a ser más realistas, más amorosos y más liberadores. Sin embargo, te sigo invitando, camina conmigo, será una gran aventura.