Hasta que llegue al cuello

Marco Antonio Meza Flores

Teólogo y Psicoterapeuta

El pasado lunes 24 de junio de este 2019, en la ciudad de Reynosa se vino una fuerte tormenta, en donde muchas familias perdieron todo, y ayer miércoles la gente de la colonia Paseo de las flores tomó las calles y obstruyó las vías para “presionar al gobierno”… y uno se pregunta ¿es en serio? ¿A poco creen que el gobierno está muy desconcertado porque taparon las calles dañando a terceros? ¿A poco creen que así les harán caso?

Saben qué es lo más triste, y me aventuro al decirlo, al menos el 85% de esa gente son de los que tiran basura en la calle, no tienen educación vial, se cuelgan de la luz, se roban el agua y es posible que muchos de ellos sean paracaidistas (como dice la palabra coloquial), es decir, viven en casas que no son de ellos, sólo llegaron y las habitaron, digo, es posible que se escuche muy clasista el asunto, y no es la intención, pero es lo que se vive constantemente en esas situaciones.

Sí, yo soy de “primero los pobres”; pero estos no son pobres como adjetivo calificativo, sino como sustantivo, porque efectivamente su pobreza es una forma de vida, siempre culpando al otro, o a la otra, al “pinche gobierno”, a los demás, pero no se hacen responsables de lo que nos toca; cuantas veces he escrito en la columna: “No tiremos basura en la calle”. Es tan simple no hacerlo, es tan simple guardarla y después dejarla en un lugar en donde se pone, y no en la calle, no es complicada la acción, pero muchas veces somos flojos y dejamos todo por nada, y cuando tenemos este tipo de cosas, entonces a quien culpar, a Maki (actual alcaldesa), o algún político, a la “pinche COMAPA”, o qué se yo, se culpa a quien se puede culpar, aunque en realidad nadie de ellos tengan la culpa de algo, sino la falta de educación que tenemos que nos mete en estos problemas, porque sí, efectivamente el drenaje que tiene la ciudad da lástima, pero si le añades que no está abierto pues está taponeado de tanta basura que hay, porque la gente tira la basura en la calle, y los que vemos no decimos porque “no es mi problema, yo por qué tengo que decirle que no tire basura en la calle”, ya vieron, el problema es de todos.

Y es que necesitamos aprender a amar la tierra en donde vivimos, para que ésta nos ame igual; la gran tormenta también es culpa de nosotros, es la tierra defendiéndose, y la basura es la ciudad gritando, sí la ciudad grita “somos unos cerdos”, tanto uno que la tira, como aquel que viendo no dice nada “porque no es su problema” (aunque ya lo dije arriba, lo repito). Éste, señores y señoras, es problema de todos, y sí, da coraje, porque puedo decir que soy uno es de los pocos que prefiere guardar su basura en su bolsa, antes de tirarla en la calle, de los que prefieren el puente peatonal, antes de correr por la calle estando el puente a 10 metros de mí, de los que se ponen el cinturón de seguridad, cuando maneja y cuando no, y circulan como debe ser, no es verdad que el gobierno tenga la culpa de que se hayan inundado muchos lugares, se sacó infinidad de basura de esos lugares.

Hay trabajo, dejemos de tener pensamiento pobre y dejemos de culpar al gobierno y hagamos lo que nos toca… es decir, maduremos, sino, estaremos jodidos, hasta que nos llegue al cuello.

Por lo demás amados amigos, camina conmigo, aprenderemos a dejar de culpar a los demás y a poner la basura en su lugar.