Padres no tan padres
Marco Antonio Meza-Flores
Teólogo y Psicoterapeuta
Si algo es molesto escuchar es: “No hay manuales para ser padre” ¡Claro que los hay! Existen muchísimos manuales, libro, enciclopedias, incluso talleres de cómo ser mejor padre, de cómo criar a nuestros hijos, de qué podemos hacer para educarlos mejor.
Lo que sí casi no hay, son padres curiosos, con ganas de aprender a aprender, menos narcisistas y egoístas con aprender de otros, pues la idea esa “nadie me puede enseñar cómo criar a mis hijos”, es errada, mucha gente nos puede enseñar cómo hacerlo, pero nos da flojera tener que meternos a cursos sobre el tema.
Cuando el niño va a terapia, son en realidad los padres los del problema, pues ¿qué está pasando dentro del hogar, que hace que los hijos lo reflejen en la escuela? Claro, si existe maltrato en el hogar, puede que nuestro hijo sea o bullying o introvertido completamente, que no quiera ir a la escuela, que siempre este malhumorado, que sea grosero, o que se deje maltratar por los demás, pues ellos sólo reflejan como espejos la situación interna de la casa.
La idea de no querer aprender de los demás es por el miedo a aceptar que no somos tan buenos en la educación de nuestros, hijos, pero ¿qué tiene de malo tener que pedir ayuda? Creo firmemente que es más tonto no pedirla.
El pleito absurdo (y nuevo, por cierto) de “la escuela no enseña valores o no educa” y “los maestros no me deben enseñar cómo educar a mis hijos”, es absurdo, pues la educación social es un trípode, es decir, se debe llevar con padres-maestros-hijos o estudiantes, y creo que esto no se limita a primaria y secundaria, sino debe estar concentrado hasta la universidad, pues la educación general nos compete a todos.
Basta con ver la sociedad actual en donde nadie educa a nadie y todos se echan la bolita; para al final, poder culpar a los malos padres, a los malos profesores, al gobierno o hasta “el hijo que me diste Dios”.
Ahora, tampoco es responsabilidad solamente de la madre educar a su hijo, es de ambos padre y madre, y tampoco podemos obligar a los hijos a hacer la voluntad de los padres, sino debemos enseñarlos que toda acción tiene una reacción de igual o mayor intensidad pero en sentido contrario, porque veo muchas veces a niños culpando a la silla que les pegó, o al vaso que se cayó solo, y padres reganándolos por no hacerse responsables, cuando ellos tienen esa tendencia, no se hacen responsables, buscan siempre un culpable, el sol, el frío, el polvo, el tiempo, el jefe, la pareja, los hijos, alguien a quien culpar y aunque no les guste, los hijos ven eso y ¡qué creen! Lo repiten.
Busquemos soluciones cuando no sepamos qué hacer, aprendamos a pedir ayuda, siempre es sano, no dejemos que la desidia y la ignorancia nos hagan creer que no debemos buscar ayuda para enseñar mejor a nuestros hijos y por lo que más quieran, busquen ayuda, siempre hay.
Por lo demás, caminen conmigo, posiblemente se hagan padres, bien padres y todos caminemos muy bien.
https://primeravuelta.com/2018/02/21/columna-camina-44-3/
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