Extraordinario
Marco Antonio Meza-Flores
Terminó el año, y, por curiosidad te preguntaste en algún momento, ¿realmente hice mis propósitos que prometí hacer? ¿Realmente cumplí cabalmente mis sueños y metas que me propuse? ¿Fui ordinario o extraordinario?
Hace algunas semanas atrás salió en taquilla una película que lleva por nombre el mismo del título de mi escrito “Extraordinario”, ésta se basó en el Bestseller del New York Times “La lección de August”, que son de la colección Wonder, y está en cuatro libros.
Es la historia de un niño llamado August (Auggie) Pullman, que nace con una deformidad cráneo-facial y que es operado por veintisiete veces para reconstruírsela; es hasta sus once años que sale de casa para ir a una escuela formal, pues, durante los años anteriores ha tenido su educación en casa, impartida por su madre, y como era de esperarse, y debido a su deformidad toda la gente lo ve raro, diferente y hasta algunos como fenómeno.
En el proceso Auggie va ganando terreno en eso de “ser diferente”, pues se tiene que ganar a los demás por lo que es, y no por su imagen (qué eso hoy día es importante para los ordinarios), sin embargo, su tarea es harto difícil, pues la gente se deja llevar por las apariencias, y no conoce, o no le importa conocer, sólo juzgar.
Lo interesante de esta película, al menos para mí, no fue Auggie, debido a que yo no tengo problemas por aceptar a las personas diferentes, sino fue su hermana, una niña de 16 años (de nombre Olivia) que camina de manera estoica en la familia, a la sombra de su hermano, pues éste, recibía toda la atención de los padres (sobre todo de su madre), y era de esperarse, debido a su problema y la idea de “es frágil” que nos metemos en la cabeza y que, sin lugar a dudas, nuestros miedos por una sociedad discriminatoria hacen que éstos se alimenten. Sin embargo, ella camina de frente y sin miedos, se enfrenta a la vida sola, aunque sabe por qué es eso, no se queja, o no del todo, y trata de hacer que su hermano se sienta parte del mundo, ella es extraordinaria.
Y de eso se trata la vida, de no ser ordinarios, porque para eso ya hay muchos inscritos en el libro de la vida, gente que sin lugar a dudas no quieren hacer lo que sueñan, lo que anhelan y se aferran a algo “seguro”, pero de algo si estoy seguro: “Nada es seguro”.
Comienza un año nuevo y nuevas expectativas, sueños, metas, cosas que nos gustaría lograr, pero si no nos volvemos extraordinarios, si no rompemos el miedo, la conformidad, los “siempre se ha hecho así”, de nada servirá comenzar un año más, pues será igual a los demás recorridos.
Que este año que comienza sea extraordinario, sea maravilloso, que podamos dar luz a la ciudad, que podamos creer y crear, que caminemos con confianza para un mejor Reynosa, que en realidad seamos extraordinarios.
Por lo demás camina conmigo, te aseguro que el camino será fenomenal… y por qué no, extraordinario.