Los milagros se repiten
Marco Antonio Meza-Flores
Teólogo y Psicoterapeuta
Hace trece años, llegué a la ciudad de Reynosa, y ésta me recibió con nieve, fue un evento lindo, debido a que por lo regular no se ve este tipo de eventos en las ciudades de México, fue un gran espectáculo, y este año, se repitió la historia.
Fue lindo ver a las personas esperar con ansia que el agua nieve se quitara para ver que cayeran del cielo, los copos que iban naciendo desde el cielo y que poco a poco caían lentamente sobre el suelo de Reynosa; fue para mí, mágico, las familias salían y aunque en realidad no nevó mucho, pero fue lo suficiente para alegrar el día.
Podíamos ver en las redes sociales muchos videos que circulaban con sonrisas y otros haciendo muñecos de nieve, con la mucha o poca nieve que se podía, pero en realidad ese no fue el milagro, al menos no para mí.
El milagro radicó en que a pesar de saber que posiblemente no pasaría nada, la gente estaba entusiasmada, esperando que la nieve llegara, y esa esperanza en un pueblo que es considerado una zona de guerra, debido a que el ejército está en las calles, ese milagro es fantástico, pues no sólo nos da esperanza, sino nos hace creer que nos esperan cosas buenas en este cierre de año, y que el siguiente será magnífico.
Posiblemente para muchos sería muy “supersticioso” decir algo como lo que en estas líneas comparto, pero piensa un momento, en un lugar lleno de desesperanza, las familias, mujeres y hombres, niños, jefes, dueños, trabajadores, comerciantes, todos y cada uno tenían una esperanza “ver otra vez nevar, o por primera vez hacerlo”, y sucedió…
Creo firmemente en esto, que la comunidad siempre será la que puede hacer el cambio, que no importa cuántas veces nos caigamos, lo que importa es que aprendemos a levantarnos, que la desesperanza puede durar mucho, pero una esperanza puede hacer que aparezca la luz y nos haga seguir adelante por mucho más.
La nieve cayó y el pueblo siguió adelante, ¡claro que no! El pueblo hablo, se intercambió videos, sigue hablando de la situación que vivimos, del evento que el gran ser, Dios, universo o como quieran decirle nos regaló, y que la vida, a pesar de los golpes siempre nos traerá momentos de milagros, milagros que se repiten si abrimos los ojos, si ponemos atención y si despertamos.
Claro, sé que para muchos fue un evento equis, pero para la mayoría, aun para algunos que somos grinch, fue mágico y esperamos que se repita algún día más.
Este tipo de eventos nos une; más que una pista de hielo, o una obra para apaciguar al pueblo que pide justicia, honorabilidad, lealtad, esperanza; pues un evento natural nos unió por unos momentos, nos sacó sonrisas, nos hizo creer en milagros y nos hizo sonreír en medio de todo el desastre que a veces vivimos.
Por eso es la invitación a seguir creyendo en que las cosas cada día serán mejores, pero no a esperar el milagro, sino a crearlo, cambiando hábitos, cambiando formas y estilos de vida, haciendo justicia al que está a mi lado, al más vulnerable, al más necesitado, quien quita, y nosotros seremos la nieve que los haga sonreír.
Por lo demás, camina conmigo, te aseguro que veremos milagros día a día.