Columna 4to. Poder

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“No hay fecha que no se cumpla, plazo que no se venza, ni deuda que no se pague” Anónimo

Once días cumple en la presidencia de Estados Unidos (EU) Donald Trump y ya ha comenzado a delinear el carácter de su administración, refrendo sus principales compromisos y congruente con su posición antimexicana, antiinmigrante y la poca atención a temas del medio ambiente y los derechos humanos, en la página de internet de la Casa Blanca fueron eliminadas las secciones relativas a esos temas y la versión en español.

Asimismo, ya dio los pasos necesarios para definir los aspectos fundamentales de su relación con México, además de la renegociación del TLCAN, también la cuestión del muro que Trump desea construir y que quiere que México pague. Hasta ahora en ese tema la posición de México sigue siendo la misma, no se pagará por ello.

Todo estos sin duda tiene repercusiones que van más allá de las políticas locales, impacta en lo social y en lo económico, y en esta área las estimaciones de los analistas mantienen vaticinios preocupantes para nuestro país.

Los especialistas sostienen que el panorama para el Producto Interno Bruto (PIB) empeora, estimando una reducción de 1.7% a 1.5%, así como una mayor debilidad de la moneda mexicana frente a la divisa estadounidense que se espera cierre el 2017 en 22.1 pesos por dólar.

Lo anterior, aunado al aumento de la inflación que se espera suba un 4.84 por ciento en el panorama más optimista, pues la mayor parte de las instituciones bancarias consideran que se situará en 5.97 por ciento.

Los políticos mexicanos y una buena parte de la sociedad no parecen salir del pasmo que causó, primero el triunfo de Trump y ahora su ejercicio del poder, con las consecuencias esperadas, y sí es un panorama gris, difícil, escarpado, pero no es un callejón sin salida.

Si Estados Unidos concreta una política económica ultra proteccionista, México sin duda deberá enfrentarse a un camino que era recomendado, pero que por comodidad o por falta de visión no emprendió en materia comercial: la diversificación de mercados de exportación, con el objetivo de fortalecer las capacidades productivas, extender las posibilidades de desarrollo, pero sobre todo reducir la dependencia del mercado norteamericano”.

Eso sin duda es una estrategia de negocios saludable y recomendada por cualquier asesor financiero, sin embargo, nuestro país no la ha llevado a cabo. Aún más la mayor parte de la población considera que México perdería mucho si se ponen impuestos a los productos mexicanos que ingresen a Estados Unidos, pero en contraparte también habría una considerable afectación si nuestro país actúa con lógica y adopta la misma medida para los productos norteamericanos.

No debemos olvidar que México es el primer mercado de exportación para cuatro estados de EU, siendo estos Arizona, California, Nuevo México y Texas, y el segundo para otros 23 estados. Teniendo esto en mente, podemos abandonar la idea de que nuestro país quedó en la indefensión y está a merced de los caprichos y ocurrencias del polémico presidente norteamericano.

Es muy probable que nuestra nación y los sectores productivos que exportan a EU, así como los sectores que realizan importaciones, estén en mejor posición para enfrentar una renegociación del TLCAN. En este punto será vital que el Gobierno Mexicano sea firme, decidido y vigile que en los acuerdos que se logren en la renegociación los intereses de todos los sectores productivos, de la sociedad en general y no de un grupo político o económico que pueda verse beneficiado con ello, como sucedió en el pasado.

El 2017 es muy joven y los desafíos que deberá enfrentar nuestro país apenas van tomando forma, pero con la decisión suficiente para defender y la visión para ampliar los mercados de las mercancías nacionales,  puede ser que este año no sea catastrófico como muchos pensaron.