Este experimento pretende terminar con el racismo y los estereotipos, elementos peligrosos aún presentes en la sociedad

POR AGENCIAS

CIUDAD DE MÉXICO. – Justo en el momento en el que Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, avanza en las encuestas basado en una estrategia de ataque que contiene desde xenofobia hasta llamado al uso de las armas, la ciencia le lanza un mensaje.

El ADN no conoce fronteras

Un impactante video contra la xenofobia, que alcanza alrededor de 5 millones de vistas, da la vuelta al mundo alertando que “un mundo abierto empieza por una mente abierta”.

El material, un experimento llamado The DNA Journey, pretende terminar con el racismo y los estereotipos, elementos peligrosos aún presentes en la sociedad.

El discurso de Trump está lleno de matices racistas y xenófobos. Ataca constantemente a las minorías étnicas y a los inmigrantes, a quienes acusa de los problemas económicos en EU.

“Vamos a a ser un país de generosidad y calor, pero también un país de ley y orden”, dijo al tiempo que aseguró que “el crimen y la violencia que hoy nos aflige muy pronto va a terminar”.

Trump ha mencionado los ataques contra policías y los atentados terroristas como excusa para “reforzar” la seguridad de Estados Unidos, en referencia a sus propuestas xenófobas, como construir un muro en la frontera con México.

“180 mil inmigrantes ilegales hoy están en el país amenazando a ciudadanos pacíficos. El número de familias ilegales superan el total de dos mil 15 y han sido liberadas por decenas de miles en nuestras comunidades”, dijo el empresario al aceptar a candidatura, hace unas semanas.

¿Te atreverías a indagar quien eres en realidad?

En este experimento, 67 personas de distintos países se sometieron a un test de ADN creyendo que conocían bien sus orígenes.

Ancestry, conjuntamente con el sitio web de búsqueda para viajes a nivel internacional llamado Momondo, invitó a estas personas a encontrar sus respuestas mediante la prueba de AncestryDNA.

Los resultados son sorprendentes.

Una de las participantes fue Aurelie. Ella es francesa y vive en Londres. Antes de hacerse la prueba, le preguntaron cuáles pensaba que serían sus resultados. Su respuesta fue:

“Va a ser una historia bastante aburrida, así como: Aurelie, eres francesa y tus abuelos son franceses. Ah y también tus tatatarabuelos son franceses.”

Ciertamente, los resultados esperados dirían que era francesa de principio a fin. Aurelie depositó su saliva en el tubo colector para proporcionar su muestra de ADN. Semanas más tarde, ella obtuvo sus resultados, que la dejaron completamente sorprendida.

“Así que soy un musulmán judío”, se maravilló Waj al obtener los resultados del test de ADN que habían hecho con una simple muestra de su saliva.

¿De dónde eres? Esta fue la sencilla pregunta de la que partió una encuesta realizada a 7 mil 200 personas de 18 países. México y España son las naciones hispanohablantes que participaron en la encuesta.

“Estoy orgulloso de ser inglés, mi familia ha servido y defendido a este país (…). Creo que somos el mejor país del mundo, siéndote honesto”, respondió Jay a las preguntas de los entrevistadores del experimento de los 67, a quienes también reconoció que no es “fan” de los alemanes.

Una joven que mostró su álbum familiar, con las fotos de la “boda kurda” de sus padres y su madre vestida con el típico traje kurdo. “Hay una parte de mí que odia a los turcos. ¡No la gente! Sino al Gobierno”, reconoció al ser cuestionada también por alguna nacionalidad que no le gustara.

“Soy de Bangladés y muy patriótico”, explicó otro participante. A él no le caían especialmente bien la India y Pakistán “por el conflicto” histórico con esos países.

“Soy 100 por ciento finlandés, sí, sin duda (…). Soy más importante que tú”, llegó a decir otro joven a la entrevistadora. Con una tímida risa prosiguió: “No te conozco, pero en mi opinión so fuerte y más importante que muchas otras personas”.

A los 67 participantes en el experimento les propusieron realizar un viaje basado en su ADN. Un poquito de saliva en un tubito de muestras y dos semanas más tarde obtendrían los resultados.

LOS RESULTADOS

“¿Sabes cómo funciona el ADN? La mitad proviene de tu madre y la otra mitad, de tu padre (…). Y cada uno de ellos tiene un 50% de sus padres y así sucesivamente”, explica Brad Argent, el experto en ADN contratado para el experimento. “Tu historia está en ese tubo”.

Los que un par de semanas antes se habían mostrado muy seguros de sí mismos, ahora reconocían su nerviosismo y alguno incluso tembló. “¡Oh, guau!”, dijo Aurélie al abrir el sobre llevándose la mano a la boca y reprimiendo las lágrimas.

“No me esperaba esto”.

“Guau”, reaccionó el chico cubano. Su mapa mundi del ADN mostraba relaciones con toda América, varios lugares europeos, Oriente Medio y el África subsahariana. Se tuvo que secar las lágrimas de la emoción, mientras negaba incrédulo lo que la prueba aseguraba.

A la chica le venció una risa nerviosa al enterarse de que entre sus antepasados había turcos, mientras que el finlandés que se creía abiertamente mejor que los demás enumeró no sin cierta emoción: “Europa del Este, España, Portugal, Italia, Grecia”.

La francesa que puestos a elegir otra nacionalidad a la que pertenecer había citado la británica, resultó serlo en un 32 por ciento. El británico que había confesado sus reticencias con los alemanes descubrió que su ADN era un 5 por ciento alemán.

ODA A LA CONVIVENCIA

“No habría extremismo si la gente conociera su herencia histórica”, opinó la francesa Aurélie, que pidió que el test al que se había sometido fuera obligatorio para todo el mundo. Si pudiera tener también otra nacionalidad, le haría ilusión ser italiana porque son personas “súper apasionadas, locas y ruidosas” o británica porque siente “un gran amor y respeto por esa cultura”.

Kasia Bryc, genetista de 23andme, una empresa dedicada a mapear la ascendencia basada en el ADN, comenta que nuestro ADN muestra cómo de complejo en realidad es nuestro mapa genealógico. “En muchos casos se sorprenden cuando descubren que tienen unos ancestros más diversos de lo esperado. Estimamos que nuestros clientes tienen raíces genéticas en, al menos, cinco regiones en el mundo. Usando el ADN para conocer sus antecesores, las personas tienen una mejor idea de dónde vienen”, ha declarado en el comunicado de la campaña.

“Soy Jay de todas partes según esto”, admitió el británico con los ojos empañados.

“Soy un verdadero ciudadano del mundo”, declaró el joven cubano.

“Un mundo abierto empieza por una mente abierta”, concluye el experimento.

No hay duda. Debería de verlo Donald Trump.