Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, declaró que Mexico se prepara para un choque severo en su economía emergente.
En su participación durante el foro de banqueros en París declaró que pese a que nuestro país sigue siendo uno de los paises con mayor fortaleza en la región, su crecimiento está siendo afectado por diferentes factores como: la caída del precio del petróleo, la devaluación del peso y la subida de los intereses de la Reserva Federal de Estados Unidos, vislumbran un turbio panorama para nuestro país.
Los expertos en economía, rezan que las reformas implementadas por Enrique Peña Nieto, vendrán a amortiguar la estructura económica para sostener el crecimiento.
Y bueno nuestro País como cualquier otro se sostiene de lo que produce, que en este caso es el petróleo, la industria turística, la maquiladora, de ensamblaje y, sobre todo, la recaudación fiscal.
Así, sin hacer un análisis muy profundo ya que no soy economista ni nada por el estilo, pero usando mi sentido común podemos vislumbrar que los factores finacieros, junto con las condiicones sociales alejan posibles inversiones.
La inseguridad que vivimos a lo largo y ancho del territorio nacional ha generado no solo la desconfianza de los mexicanos en su propia tierra si no que ha trascendido las fronteras, cientos de empresas han cerrado sus puertas, la industria turística mermada en un 40 por ciento, sin contar que la empresa productiva mas grande del Estado atraviesa el peor de sus momentos en la historia, esta incluso podría recibir ayuda del gobierno federal, sin llegar a rescatarla, sobre todo porque en ella basamos el sostenimiento económico de nuestro país. Petróleos Mexicanos (PEMEX) con el barril de crudo cotizando en 25 dólares en el mercado mundial, es una merma en los ingresos nacionales, aunque eso represente una ligera alza en el precio comparado con el mismo al inicio de este año.
Sumémosle a todo lo anterior la desconfianza del extranjero en nuestros gobernantes, propiciada por la corrupción que nos aqueja y sobrepasa, hechos que han provocado que las firmas internacionales volteen sus ojos a otros países que les ofrecen mejores oportunidades fiscales, mayor seguridad y mano de obra más barata, factores que ha propiciado que la migración de estas no se haya echo esperar. de esta forma, con tan desolador horizonte, de la recaudación fiscal ni hablamos, porque solo los desafortunados trabajadores de la micro, pequeña y mediana empresa, amortiguan el pago de dichos impuestos y a ellos son a quienes más aprieta Hacienda.
Y por si esto no fuera poco, Agustin Carstens reconoció que quizá sea necesario tomar medidas más drásticas; “Las economías emergentes deben estar preparadas para un choque severo. los ajustes serán violentos y los políticos deberán estar preparados para enfrentarlos rápidamente” Carstens sugirió la toma de medidas radicales, en las que los gobiernos intervengan en la economía de sus países a través de programas de compra de deuda. Dejando entrever que nuestro país podría ser uno de estos casos.
Podríamos decir que sin oferta de petróleo, de nada sirve la Reforma Energética y podemos preguntar entonces ¿qué pasará con las demás reformas?
¡Ciao!