Al menos 165 personas han sido detenidas en el marco de los choques que se produjeron este miércoles entre policías y manifestantes en las protestas que sindicatos y chalecos amarillos habían convocado para este 1 de mayo, Día del Trabajo en París.
Los choques llegaron a tal nivel de violencia que Philippe Martinez, el secretario general de la Confederación General del Trabajo, principal sindicato convocante, tuvo que ser extraído de la marcha, que partió de la estación de Montparnasse.
Un total de 88 personas fueron detenidas durante las primeras horas para prevenir altercados en la ciudad coincidiendo con la convocatoria de varias marchas, y en particular de la tradicional manifestación sindical del 1 de mayo.
Los agentes lanzaron gases lacrimógenos e hicieron algunas cargas contra grupos de radicales que se habían infiltrado entre los manifestantes.
El ministro francés de Interior, Christophe Castaner, calculó que entre mil y 2 mil “activistas radicales”, entre los que puede haber algunos llegados de los países vecinos, así como grupos de chalecos amarillos también radicalizados.
De hecho, desde dos horas antes del inicio oficial de la manifestación ya hubo algún enfrentamiento entre miembros de los conocidos como “black blocks” (que defienden el uso de la violencia en las protestas) que se habían infiltrado entre los manifestantes y agentes antidisturbios que hicieron cargas y lanzaron gases lacrimógenos.
Entre los arrestados hubo al menos tres españoles que llevaban artefactos incendiarios u otros objetos contundentes. Durante todo ese recorrido, unos 600 establecimientos permanecen cerrados ante el temor de las autoridades de que puedan sufrir ataques por parte de grupos violentos.
En total, durante la mañana se llevaron a cabo más de 9 mil controles de identidad por toda la ciudad para intentar prevenir la llegada de manifestantes violentos. Ante el riesgo de altercados, de los que había advertido el ministro francés, se han movilizado en París 7 mil 400 policías y gendarmes para garantizar la seguridad.
