Buscan evitar que euroescépticos utilicen fondos para boicotear la UE

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Buscan evitar que euroescépticos utilicen fondos para boicotear la UE

BRUCELAS.- El último Eurobarómetro, publicado el miércoles 17 de octubre, muestra un aumento del europeísmo incluso en Reino Unido, donde los partidarios de seguir en la UE superaban a los del Brexit. Sin embargo, cuando se acaban de cumplir 25 años de la entrada en vigor del Tratado de Maastricht que diseñó la actual Unión y su moneda única, el euro, la UE se enfrenta a uno de los mayores desafíos de su historia en las próximas Elecciones Europeas: por primera vez se espera que los tradicionales bloques centroizquierda y centroderecha europeístas caigan por debajo del 50% y algunas encuestadoras estiman que en torno a un tercio de los escaños serán ocupados por partidos nacional-populistas, que tratan de torpedear desde dentro los valores europeístas y que paradójicamente se han aprovechado de fondos de la Unión para impulsar sus finanzas.

A lo largo de la última década, las instituciones de la UE han reforzado sus anticuerpos para enfrentarse a prácticas abusivas con dinero europeo. Aun así, los partidos euroescépticos y las fundaciones políticas han decidido explotar las oportunidades europeas en lugar de boicotear todo lo relacionado con la Unión. El portavoz del Parlamento Europeo, Jaume Duch, también trata de lidiar con el auge de los partidos populistas y euroescépticos: «No se trata de dar a ciertos países una cantidad determinada de dinero, sino saber en qué políticas invertir. El Eurobarómetro dice que los temas más importantes son el empleo, el crecimiento económico, la gestión de la migración, el cambio climático, medio ambiente y protección social», afirma a ABC. El problema, según el portavoz de la UE, es que para satisfacer estas necesidades los Estados miembros deberían asumir una contribución mayor, pero los países no están dispuestos a gastar más dinero en el presupuesto común una vez que el Brexit se consuma y aleje a la Unión de un contribuyente fundamental como Reino Unido. «Pero el populismo no puede ser la solución a estos problemas», advierte.

Champán y regalos

Desde el lleno de Vistalegre, el partido español VOX, inspirado en los consejos del exasesor de Donald Trump Steve Bannon y el éxito del antiguo Frente Nacional en Francia o la Liga en Italia, aspira a conseguir representación en el Parlamento Europeo gracias a la circunscripción electoral única, lo que supondría un notable estímulo tanto a nivel de exposición pública como para sus finanzas, tal como hizo Podemos en 2014.

«Es curioso ver cómo algunos partidos antieuropeos cuando entran en el Gobierno moderan su lenguaje, pero en otros países ocurre todo lo contrario: Italia, Hungría y Polonia son diferentes», considera Paul Schmidt, editor del capítulo austriaco del libro «El futuro de Europa – visiones desde las capitales», presentado en el Real Instituto Elcano. Aunque esos partidos van a ser más influyentes, el responsable del apartado español del mismo título, Ignacio Molina (Real Instituto Elcano), cree que será más difícil articular una posición común. «No existe un solo partido euroescéptico, existen veintitantos, cada uno con su sensibilidad. De forma divertida, el partido más euroescéptico extremista húngaro es antieslovaco y el eslovaco, antihúngaro; no va a ser tan sencillo ponerlos en común», agrega.

En términos de ingresos fijos, cada eurodiputado recibe un salario de alrededor de 6.600 euros netos al mes, 4.400 para gastos de oficina sin justificar y alrededor de 24.000 para asesores. Además, cada parlamentario tiene ingresos mensuales variables (viajes por día) y una pensión de jubilación del 3.5% del salario por un año completo. «El problema real es cómo controlar este dinero: si no va a la sesión plenaria, debería tener menos dinero: si asiste a menos del 51% de los votos en las sesiones plenarias, obtendrá la mitad del recorte salarial. Luego está la partida pensada para gastos de la oficina, como una nueva impresora o iPad, pero que carece de control. Eurodiputados de los verdes y socialdemócratas dicen exactamente «pagué 200 euros por un traje», pero no están obligados a hacerlo. Además, hay muchas personas poderosas de fuera de Europa que financian dando enormes subvenciones a estos partidos y tenemos que evitarlo», dicen fuentes del Parlamento Europeo a ABC.

Según la Declaración 11 del Tratado de Niza de 2001, la financiación de la UE para los partidos políticos europeos no puede utilizarse para financiar, ni directa ni indirectamente, campañas nacionales. «Mientras que los subsidios europeos debían reforzar el sistema político de la UE y abordar el déficit democrático, los euroescépticos han utilizado principalmente sus recursos para apoyar a sus partidos nacionales», escribe Wouter Wolfs, investigador del Instituto de Gobernanza Pública de KU Leuven, para el Foro contra la corrupción y la integridad de la OCDE, donde resalta la evolución de las formaciones euroescépticas desde hace veinte años, pasando del total boicot a una participación muy intensa en las instituciones y elecciones europeas.

En 2016, Morten Messerschmidt, eurodiputado danés del ahora desaparecido Movimiento por una Europa de Libertades y Democracia (MELD) que utilizó fondos europeos para apoyar campañas nacionales, se vio obligado a devolver este dinero. «Con Marine Le Pen, los servicios del Parlamento han demostrado claramente que usaron fondos europeos para trabajar en asuntos nacionales. En ese caso, la ley es que tienen que devolver este dinero», dice la italiana Mercedes Bresso, vicepresidenta del grupo del Partido Socialista Europeo en el Parlamento. Junto con el alemán Rainer Wieland (Partido Popular Europeo), Bresso lideró una propuesta de resolución sobre la financiación de los partidos políticos y las fundaciones políticas a nivel europeo. La oficina antifraude (OLAF) ya ha llevado casos como este a los tribunales. Además, el Comité Europeo de Control Presupuestario descubrió que el grupo Europa de las Naciones y la Libertad, donde se agrupan partidos de extrema derecha como el antiguo Frente Nacional francés, la Liga (Italia), el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ, socio del Gobierno de Sebastian Kurz en Austria) y el Partido de la Libertad (PVV, Holanda), presuntamente gastó ilegalmente 427.000 euros de fondos de la UE en 2016. Lo emplearon en bebidas caras (champagne), cenas y regalos para empleados. La Comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo (CONT) recomendó recuperar el dinero a partir de un recorte proporcional en futuros fondos para el grupo Europa de las Naciones y la Libertad.