Digital Sevilla


Sí, parece “coña” pero en Estados Unidos puedes acudir a un supermercado y comprar legalmente una metralleta incluso si en tu historial está registrado que tienes cualquier tipo de enfermedad mental.

Pero si lo que intentas comprar es un Huevo Kinder tendrás que acudir al mercado negro ya que están totalmente prohibidos en todo el país. Las autoridades han notado un aumento considerable de personas que intentan cruzar la frontera de Estados Unidos con Canadá llevando consigo este popular producto.

Una paraje llegó a ser sancionada con una multa de 12 mil dólares por intentar “colar” 10 huevos Kinder en el país de las “libertades”.

La compañía Ferrero fabrica más de 1.500 millones de Huevos Kinder cada año y los distribuye en Europa, parte de Sudamérica y Canadá, pero no en Estados Unidos donde están totalmente prohibidos.

¿Por qué? Porque rompen una norma enmarcada en la Ley de Alimentos, medicamentos y cosméticos tipificada en 1938 donde se prohíbe cualquier tipo de alimento “con objetos no nutritivos en su interior”.

La ley surgió como respuesta a varios casos de envenenamiento, siendo uno, el conocido como el Incidente del Elixir de Sulfanilamida que causó la muerte de más de 100 personas (la mayoría niños), el más grave de todos.

El creador se limitó a añadir saborizantes de frambuesa a la sulfamida que había disuelto en DEG y la empresa posteriormente comercializó el producto. El resultado fue la muerte de más de 100 personas y la posterior aprobación de la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos de 1938. Watkins acabó suicidándose al enterarse de que su error había resultado letal.

La Ley exigía que, por primera vez en la historia de Estados Unidos, los fabricantes de fármacos demostraran a la FDA que eran razonablemente seguros antes de que pudieran ser comercializados al público, estableciendo normas sobre cómo deberían estar empaquetados los productos y especificados claramente si fuera necesario como “ciertas sustancias venenosas” añadidas a los alimentos y bebidas.

Los huevos de Kinder son esencialmente una cáscara de chocolate, en forma de huevo, que contiene otro huevo de plástico duro en su interior, dentro del cual viene un pequeño juguete. Según la FDA, “el juguete no sirve como valor funcional práctico para la confitería”, por lo que ha sido considerado como perjudicial (específicamente como un peligro de asfixia).

En Europa no parece que mueran todos los días niños por culpa del huevo de Kinder (aunque a lo largo de su historia desde 1974 han existido casos de muerte). En cambio, el número de pequeños que se asfixian por un simple caramelo duro es probablemente más elevado, y nadie pide que sea ilegal.

Además, en los países donde se comercializa, Kinder advierte en su etiquetado que no es apto para menores de 3 años porque “las partes pequeñas podrían ser ingeridas o inhaladas”.