Astros derrota a Ángeles

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Astros derrota a Ángeles

Los Astros derrotaron por segunda ocasión consecutiva a Ángeles de Ciudad de México, ahora por 101 a 95, para liderar las semifinales del CIBACOPA con 2 juegos de ventaja.

Un doble doble de Jordan Loveridge permitió a su equipo reponerse de unos primeros minutos tormentosos. En total, el alero de Utah realizó 22 puntos, 11 rebotes y 7 asistencias en la tarde.

El inicio de la quinteta tapatía fue sorprendentemente malo, anotando únicamente 2 unidades en los primeros 5 minutos de partido, situación que CDMX aprovechó para tomar una ventaja considerable.

Quizás era resultado del fuerte calor, la intensidad del rival o la presión característica de disputar la antesala a la final, pero estaba claro que los jaliscienses jugaban incómodos en su propia duela, fallando sus primeros 7 intentos de triples y siendo demasiado imprecisos en lanzamientos qué otros días convierten con facilidad.

Con la urgencia de revertir el marcador, para el segundo episodio el Coach Elorduy ordenó el ingreso de Marcus Thornton, cuya efectividad desde fuera de la pintura resultaría crucial para emparejar el compromiso. No obstante, la feroz lucha reboteadora de Nana Opoku, permitió a los Ángeles irse al descanso con una mínima ventaja.

El tercer periodo fue un recital de juego ofensivo por parte de ambos rosters; los Astros respondieron con fiereza, pero los capitalinos eran más dominantes, ganando rebotes en ambos lados de la duela.

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Probablemente la mayor sorpresa de la tarde fue la notable baja forma por parte de Bigby Williams, acostumbrado a ser el protagonista por su poderío físico, pero qué en esta ocasión sencillamente fue opacado por un inspirado William Yoakum, cuya ferrea defensa hasta ese momento había impedido al inglés anotar un solo punto.

Ante dicha situación, Lance Thomas salió de la banca para reforzar una quinteta que ya comenzaba a quedarse sin variantes. Con total dramatismo, Ángeles y Astros encaraban el último episodio con tan solo una unidad de distancia a favor de los locales.

Cada posesión era crucial, cada balón podría ser el que terminaría definiendo el juego. En las tribunas, los 3 mil aficionados presentes habían encontrado en Sthepaun Branch al perfecto rival a vencer (tratándose del jugador más determinante de la visita) por lo qué un ensordecedor abucheo se presentaba cada vez que el escolta californiano tenía la esferica.

Nadie estaba dispuesto a ceder un solo centímetro; los tapatíos habían remando contra corriente para compensar su flojo inicio, mientras los capitalinos tuvieron un esfuerzo físico colosal al disputar el encuentro con únicamente 8 jugadores en sus rotaciones.

El momento clave llegaba, la inevitable definición en donde uno de los contendientes de un emocionante partido se quedaría sin nada pese haber jugado a tope, fue entonces cuando (con un minuto en el reloj) Loveridge anotó un triple que daba 5 puntos de ventaja para Jalisco, dictando sentencia final para sus rivales, al ya no tener respuestas.

Por “Milenio”