Activistas reciben Nobel de la Paz

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La activista iraquí Nadia Murad y el médico congoleño Denis Mukwege exigieron el fin de la impunidad de quienes cometen abusos sexuales en conflictos armados, al recibir el Nobel de la Paz, en Oslo.

“Los responsables de violencia sexual contra los yazidíes y otras mujeres y niños deben ser perseguidos por esos crímenes. Sin justicia, ese genocidio se repetirá contra nosotros y otras comunidades vulnerables”, dijo Murad, perteneciente a esa minoría religiosa kurda y que fue secuestrada por el Estado Islámico.

Mukwege y Murad fueron galardonados con el Nobel de este año por contribuir a hacer visible y por combatir la violencia sexual como arma de guerra: el congoleño, por su dedicación a ayudar a las damnificadas del conflicto bélico en su país; la iraquí, por su condición de víctima y por denunciar públicamente los abusos.


“A pesar de los esfuerzos, esta tragedia humana continuará si los responsables no son perseguidos. Solo la lucha contra la impunidad puede romper la espiral de violencia”, dijo Mukwege sobre el Congo.
Murad -que perdió a su madre y seis hermanos, historia “similar” a la de cada familia yazidí- denunció que más de 6 mil 500 mujeres y niños de esa minoría fueron vendidos, comprados y sufrieron abusos y que se desconoce el destino de otros 3 mil en manos del Estado Islámico.
Ni los gobiernos iraquí ni kurdo ni la comunidad internacional han impedido el “genocidio”; y a pesar de la simpatía de varios países, éste no se detuvo y la amenaza de la “aniquilación” perdura.
“Quienes perpetraron los crímenes que llevaron a este genocidio no han sido puestos ante la Justicia. No busco más simpatía, quiero que esos sentimientos se traduzcan en acciones”, dijo en un discurso en árabe Murad, quien reclamó a la comunidad internacional que garantice protección a los yazidíes y otras minorías bajo el amparo de la ONU.