4to. PODER

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 “Actualmente la libertad y la seguridad no se encuentran tanto en lo que tenemos, sino en lo que podemos crear mediante la confianza” Robert T. Kiyosaki.
Poco a poco, quizá más lento que lo que la sociedad demanda y requiere, la seguridad ha presentado mejoras en Tamaulipas, sin embargo aún está lejos de dotar a la sociedad, a los medios, y a los inversionistas de la confianza necesaria para volver a impulsar proyectos productivos a gran escala en la entidad.
Lejos de pronunciamientos triunfalistas o superficiales sobre el tema (como los que se perciben en boletines oficiales), hay que reconocer que Tamaulipas ha visto un descenso en la inseguridad, hay algunas áreas como los delitos del fuero federal, se  percibe una mejora.
El Gobierno destaca que desde que se puso en marcha en mayo del 2014 la Estrategia de Seguridad para Tamaulipas, 14 de los 15 objetivos prioritarios establecidos, han sido detenidos alrededor de 3 mil presuntos delincuentes por las fuerzas federales y las corporaciones estatales, se aseguraron cuatro mil 709 armas de fuego,3 mil 948 son largas y 761 cortas.
También, en estos 16 meses de implementada la estrategia, se confiscaron 54 mil 877 cargadores, un millón 384 mil 605 cartuchos de diferentes calibres, 776 granadas, 23 cohetes, 125 lanzagranadas, 4 mil 592 vehículos terrestres y mil 214 máquinas tragamonedas.
Además, se ha dado cuenta de que han sido asegurados e han aseguradas 218 toneladas 824 mil 803 kilos de mariguana, 282 kilos de cocaína y seis millones 103 mil 307 litros de hidrocarburos robados en diversos municipios de esta entidad.
Las cifras son apabullantes, sin duda, pero la percepción ciudadana es que la seguridad no ha mejorado lo suficiente, no se siente en las calles, en las carreteras y en los hogares de la entidad esa confianza de salir hacer, proponer, impulsar o invertir. Según  datos revelado pro el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) la percepción de la sociedad sobre la seguridad mejoró un 4.5 por ciento con respecto al año pasado.
En contra parte, los delitos del fuero común han mantenido una tendencia a la alza. Los robos a casa habitación, negocios, comercios, a bancos, transeúntes y de vehículos, se han disparado, sin que hasta el momento la estrategia haya resultado efectiva para inhibirlos.
A lo anterior se suma el abuso de autoridad que corporaciones de seguridad pública han cometido contra la población, hechos por demás lamentables, ya que en lugar de cumplir con la función de servir y proteger a la sociedad, la atacan, agreden y en algunos casos la roban.
Los recientes cambios en la Secretaría de Seguridad Pública del estado, así como los consiguiente nombramientos de coordinadores y delegados, buscan ajustar parte de la estrategia, acercarse más a la población y prevenir el delito. Existe un deseo generalizado porque así sea, sin embargo la solución al problema va más allá de cambios en responsables, destinar más recursos para sueldos, armas y vehículos; el combate a la inseguridad también se da en al esfera social y económica, porque una sociedad que no tiene oportunidades de desarrollo y mejora económica, difícilmente mejorará su seguridad.