“La libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen” Ramiro de Maeztu.
México ha sido catalogado como uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, comparada la situación que aquí se vive con lo que sucede en lugares como Afganistán, Siria, Corea del Norte y un largo y triste etcétera. En la última década han sido asesinados 80 periodistas y 17 han desaparecido.
Frecuentemente los medios de comunicación sufren amenazas y ataques en todo el territorio nacional, lo mismo en el norte que en el sur, no hay estado en donde la libertad de expresión haya sido vejada y los periodistas víctimas de acoso. Tan solo en el vecino estado de Veracruz, se contabilizan 10 periodistas asesinados desde el 2010.
En Tamaulipas aunque no tenemos registrados casos recientes, también se ha documentado y hecho públicas las amenazas y agresiones al gremio periodístico, no solo por parte de la delincuencia organizada, si no también desde las esferas gubernamentales y el poder público como el reciente caso ocurrido en Ciudad Victoria, contra el compañero José Inés Figueroa Vitela.
Este lunes al acudir al evento donde se supone que los diputados del Partido Nueva Alianza (PANAL) rendían su informe de labores, el columnista y reportero fue detenido y esposado por elementos de la Policía Estatal Acreditable, por órdenes de Mariano Lara y Rafael Méndez Salas diputado del citado partido y dirigente de la Sección 30 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
El hecho es por sí solo lamentable y condenable, pero surgen severos cuestionamientos en el proceder de la Policía Estatal, ya que actuó como seguridad privada en un evento partidista en el que autoridades del Gobierno del Tamaulipas o mandos de la institución no estaban presentes, así que recibieron órdenes de un dirigente partidista y de un legislador. ¿Quién tiene facultades para girar instrucciones a la Policía Estatal de detener a un ciudadano? ¿Un diputado? La función del diputado es legislar no encargarse de la seguridad púbica. Otra pregunta que surge del penoso incidente es el hecho de la presencia de la Policía en un evento privado, de un partido político, ¿sus tareas son de seguridad pública o de seguridad privada? quién autoriza que elementos de la Policía Estatal sean utilizados como guardias de seguridad para eventos partidistas?
Los policías detuvieron por orden directa de la dirigencia del PANAL al reportero y lo esposaron cual si fuera un peligroso delincuente, cuando intento ingresar al recinto, al igual que muchos otros compañeros. Si el trabajo de Inés Figueroa Vitela ha incomodado a ese partido político deben refutarlo con palabras y con hechos no con el uso de la fuerza pública, pues esta debe garantizar la seguridad de la población y se supone que también dar garantía de que los ciudadanos podamos realizar nuestro trabajo de forma libre y sin interrupción, cuantimás si de informar a la sociedad se trata.
El Gobierno de Tamaulipas debe una disculpa y una explicación por lo ocurrido, ya que la seguridad de los ciudadanos es su responsabilidad y debe aclarar porque un dirigente partidista tiene poder de decisión sobre elementos de seguridad pública. es lo menos que deben de hacer, si como dicen están comprometidos con hacer valer el respeto a la ley, las garantías individuales y los derechos humanos.
El PANAL también debe disculparse con el compañero y aclarar su proceder, ya que también son un ente público, que recibe dinero del erario y se debe a la ciudadanía, aunque por la forma de proceder pareciera que son cualquier cosa menos políticos que tienen respeto por la ciudadanía y la libertad de expresión.